LA PINTURA ROMANA
En la pintura romana va a influir decisivamente el arte griego, ya que ya desde la época de César llegaron pinturas griegas que arrancaban de las paredes y se llevaban a Roma. Ésta es una de las razones por las que apenas se conservan pinturas murales griegas.
Al igual que otras artes, la pintura en Roma tenían una finalidad práctica: decorar las casas y palacios.
La pintura mural se realizaba con la técnica del fresco. Estas pinturas se hallaban en las paredes de las casas de los romanos más adinerados.
Para la pintura sobre tabla se utilizaban las técnicas al temple y a la encaústica.
La gama de colores era amplia.Destacan el negro, el blanco, el rojo y el amarillo, aunque a veces también se utilizaron verdes, azules y violetas. Se aplicaban mezclados con agua y a veces con cola.
Como los romanos apreciaban la idea de “realismo”, su arte imitaba de cerca la vida, y es que querían que su arte fuera útil y que contara a las generaciones futuras algo sobre la vida en el pasado. Por eso algunas escenas pintadas representaban importantes batallas romanas y otros eventos históricos, brindando a las generaciones futuras puras lecciones de historia.
En algunos casos se consiguió plasmar la sensación de tridimensionalidad y perspectiva.
Los romanos continuaron perfeccionando el arte del mosaico que habían iniciado los griegos.
No había casa o villa romana donde hubiera mosaicos en paredes, techos y suelos.
Los construían con pequeñas piezas llamadas teselas.
Las teselas eran piezas cúbicas de roca, vidrio o cerámica de diferentes colores, unidas con cemento.